Hoy he decidido escribirle al futbol, después de 15 días en
los que la fiesta de cada 4 años llego a su fin y ya no hay lágrimas de
tristeza sino de alegría, puedo afirmar que descanso un poco más tranquilo y el
insomnio se ha ido, sin embargo, aún me acompaña esa sensación de melancolía que
todos los amantes del futbol sentimos cuando finalizo el mundial.
Lo que el futbol me ha hecho vivir, como aficionado y como
jugador, como espectador en una TV o en el estadio, son momentos que nunca
podre borrar y por eso me cuesta tanto olvidarlos porque son instantes que viví
con mucha intensidad, amor, lealtad y pasión, lapsos en los que estuve
acompañado por mis amigos Bogar y Liliana, mis primos Luis y Misael, mis padres
Marina y Tino Grande y mi hermana Diana, aún recuerdo esa emoción que
experimentaba y es increíble cómo pasa tan rápido el tiempo para que todo siga
igual, no he podido comprender como es posible ser el hombre más feliz del
mundo durante 30 días para después convertirse en el más desdichado pero la
realidad es que siempre estaré enamorado del futbol, que es algo que amo y
venero, que viste a mi vida de diferentes colores y me crea ilusiones que hacen
latir a mi corazón, me quedo como Don Quijote sin su Dulcinea, siempre soñando
con ver a México campeón del mundo y siendo un masoquista en entregarse a una utopía
para romperme mi corazón, siempre he soñado en ser campeón del mundo y que mi
nombre este en la historia del futbol, creo que hace falta seres humanos que
quieran hacer la diferencia y que no le tengan miedo a triunfar, quizás mi
destino es amar intensamente a la pelota cada 4 años y despedirme de ella en un
mes, le pido a Dios que me siga regalando vida para volverlo a vivir y le pido
con fe que me otorgue la oportunidad de ir a un mundial.
Cuando termino el mundial me sentía muy solo, estaba en
silencio y mi madre percibía una tristeza en mi alma que incluso llego a
preguntarme él porque estaba con ese estado de ánimo, ¡que estúpido seria
decirle “mamá estoy triste porque se acabó el Mundial!” y si, puede ser lo más estúpido
pero es el futbol lo que más he amado en mi vida, el futbol tiene esa gracia de
moverme al mundo y en mi memoria no solo se queda grabado los goles, las jugadas,
las gambetas, las glorias, las tragedias sino todo el contexto que rodeaba a
los partidos del mundial: ir al cine a ver los partidos con la familia y los
amigos, ser el hombre más feliz del mundo para después convertirte en un llorón,
desayunar y comer futbol y compartir tu pasión con mi padre esos instantes (porque
no sé si volveré a ver el mundial con él sencillamente la vida es impredecible),
hoy puedo decirle Adiós a Rusia 2018, hoy quiero agradecerle todo lo que viví,
las alegrías y las decepciones, las ilusiones y los sueños que se cumplieron,
porque en cada 90 minutos comenzaba una película que me hacía sentir feliz, la
pelota era capaz de hacerme sonreír y le agradezco la pasión a los 22 hombres
que jugaron para darle alegría con su talento a mi corazón, nunca olvidare esos
goles que rompieron las gargantas y nos hicieron abrazarnos, de esos goles que
me enmudecieron y me hicieron sentir frustración, viviré a través de tus
recuerdos Rusia 2018 y como todos los mundiales que he vivido jamás te olvidaré
porque fuiste especial y si vuelvo a ver el próximo mundial, si vuelvo a
vivirlo, lo hare con la misma alegría de siempre y con la ilusión porque sigo
siendo aquel niño que se enamoró del futbol y que su amor cada vez se
intensifica más, sigo durmiendo soñando en algún día, ir con la selección nacional
y ganar un mundial