martes, 31 de julio de 2018

Los Tontos Que Sueñan ( Parte 14: Adiós Dulcinea,¡Gracias Rusia 2018!)



Hoy he decidido escribirle al futbol, después de 15 días en los que la fiesta de cada 4 años llego a su fin y ya no hay lágrimas de tristeza sino de alegría, puedo afirmar que descanso un poco más tranquilo y el insomnio se ha ido, sin embargo, aún me acompaña esa sensación de melancolía que todos los amantes del futbol sentimos cuando finalizo el mundial.
Lo que el futbol me ha hecho vivir, como aficionado y como jugador, como espectador en una TV o en el estadio, son momentos que nunca podre borrar y por eso me cuesta tanto olvidarlos porque son instantes que viví con mucha intensidad, amor, lealtad y pasión, lapsos en los que estuve acompañado por mis amigos Bogar y Liliana, mis primos Luis y Misael, mis padres Marina y Tino Grande y mi hermana Diana, aún recuerdo esa emoción que experimentaba y es increíble cómo pasa tan rápido el tiempo para que todo siga igual, no he podido comprender como es posible ser el hombre más feliz del mundo durante 30 días para después convertirse en el más desdichado pero la realidad es que siempre estaré enamorado del futbol, que es algo que amo y venero, que viste a mi vida de diferentes colores y me crea ilusiones que hacen latir a mi corazón, me quedo como Don Quijote sin su Dulcinea, siempre soñando con ver a México campeón del mundo y siendo un masoquista en entregarse a una utopía para romperme mi corazón, siempre he soñado en ser campeón del mundo y que mi nombre este en la historia del futbol, creo que hace falta seres humanos que quieran hacer la diferencia y que no le tengan miedo a triunfar, quizás mi destino es amar intensamente a la pelota cada 4 años y despedirme de ella en un mes, le pido a Dios que me siga regalando vida para volverlo a vivir y le pido con fe que me otorgue la oportunidad de ir a un mundial.
Cuando termino el mundial me sentía muy solo, estaba en silencio y mi madre percibía una tristeza en mi alma que incluso llego a preguntarme él porque estaba con ese estado de ánimo, ¡que estúpido seria decirle “mamá estoy triste porque se acabó el Mundial!” y si, puede ser lo más estúpido pero es el futbol lo que más he amado en mi vida, el futbol tiene esa gracia de moverme al mundo y en mi memoria no solo se queda grabado los goles, las jugadas, las gambetas, las glorias, las tragedias sino todo el contexto que rodeaba a los partidos del mundial: ir al cine a ver los partidos con la familia y los amigos, ser el hombre más feliz del mundo para después convertirte en un llorón, desayunar y comer futbol y compartir tu pasión con mi padre esos instantes (porque no sé si volveré a ver el mundial con él sencillamente la vida es impredecible), hoy puedo decirle Adiós a Rusia 2018, hoy quiero agradecerle todo lo que viví, las alegrías y las decepciones, las ilusiones y los sueños que se cumplieron, porque en cada 90 minutos comenzaba una película que me hacía sentir feliz, la pelota era capaz de hacerme sonreír y le agradezco la pasión a los 22 hombres que jugaron para darle alegría con su talento a mi corazón, nunca olvidare esos goles que rompieron las gargantas y nos hicieron abrazarnos, de esos goles que me enmudecieron y me hicieron sentir frustración, viviré a través de tus recuerdos Rusia 2018 y como todos los mundiales que he vivido jamás te olvidaré porque fuiste especial y si vuelvo a ver el próximo mundial, si vuelvo a vivirlo, lo hare con la misma alegría de siempre y con la ilusión porque sigo siendo aquel niño que se enamoró del futbol y que su amor cada vez se intensifica más, sigo durmiendo soñando en algún día, ir con la selección nacional y ganar un mundial


viernes, 6 de julio de 2018

Los Tontos Que Sueñan (Parte 13: El Padre de la Derrota soy yo)


Decía una vez José Mourinho, uno de los mejores D.T. en los últimos 20 años del orbe, una frase que comenzara mi reflexión sobre la “crucifixión” que sucede en el futbol mexicano cada vez que se “consuma” un fracaso mundialista y del cual se dramatiza más de lo debido e incómoda la realidad: por el momento, México, llegar a Octavos de Final es lo máximo a lo que puede aspirar. La frase que el portugués dijo una vez en conferencia de prensa cuando dirigía al Real Madrid es la siguiente: “La Victoria tiene muchos padres, la derrota solo uno y ese soy yo”.
Desde 1986 hasta la fecha han desfilado una infinidad de D.T. por el banquillo tricolor y el ultimo mesías que nos llevó a nuestro anhelado “quinto partido” fue Bora Milutinovic en aquella serie de penales trágica en Monterrey ante Alemania y que a pesar de la dolorosa eliminación, México fue la sexta mejor selección del mundo, estamos hablando exactamente de hace 32 años y cuya derrota se ha vuelto en un trauma que revive cada 4 años, mundial tras mundial, es la misma historia pero con distintos rivales y es una cruz que el D.T. que este liderando a la selección nacional la carga y del cual, aficionados y prensa, siempre será el responsable principal del no llegar al paraíso, el padre de la derrota, el autor del fracaso.
Desde los errores de Mejía Barón hasta la terquedad de Aguirre, desde las cábalas de Lavolpe hasta el método científico de Osorio, aunado al conformismo con dosis de soberbia de Lapuente y Herrera, el resultado de México es siempre el mismo y se glorifica más a la derrota porque realmente no se exigen resultados, es lindo “imaginar cosas chingonas” pero es más hermoso “hacer cosas chingonas” y no es que México no tenga talento, no es que México no tenga buenos entrenadores en el banquillo, la situación de México recae en lo cultural, del conformarse con “el ya merito”, del caer en la soberbia de “clasificamos con 6 puntos porque le ganamos a Alemania y a Corea del Sur” y no hay peor ciego que el que no quiera ver el terrorífico partido que se dio ante Suecia y el milagro coreano que favoreció a México, no es lo mismo trabajar con un coaching que con un psicólogo deportivo, parecen que son cosas iguales pero la primera solo motiva y la segunda es un estudio genuino del comportamiento humano que conlleva más que la excitación que suele ser efímera y momentánea, Rusia 2018 parecía ser un mundial histórico pero son los extraños paralelos con el 2006, el “tri” de Lavolpe solamente ganó una Copa Oro y el resto fue la colección de “Fracasos” que conocemos, arraso en el Hexagonal final y un 4to. Lugar amargo en una Copa Confederaciones y sorprendentemente, México con Juan Carlos Osorio tuvo números similares al de Lavolpe aunque no ganó ningún torneo, no había un estilo de juego definido y en su espalda siempre estará la peor goleada sufrida por la selección en épocas recientes, aunque hay que ser franco: estas dos últimas gestiones son las menos turbias y las más exitosas, con cierta estabilidad pero que surge más por la continuidad y el respaldo de la FMF hacia el entrenador.
México estuvo cerca de lograr el cometido de su quinto partido en 1998, 2006 y 2014 y todos esos partidos México comenzó ganando y termino perdiendo por 2-1 en los últimos minutos producto de desconcentraciones y una obra extraordinaria de Maxi Rodríguez que se puso la zurda del Diego y coloco una pelota que nadie alcanzaría, acuñando el título de “jugaron como nunca, perdieron como siempre”, siendo eliminados por polémicas arbitrales como en el 2010 cuando se favoreció a Argentina con dos anotaciones validadas a pesar de estar en “Offside”, los fantasmas del 86 aparecieron en los penales contra Bulgaria en 1994 y la soberbia mexicana de subestimar a Estados Unidos y caer ante ellos en el 2002 y la más reciente: caer ante Brasil sin oponer una resistencia ni una propuesta de juego. Está claro que el problema de México es mental pero también hay que hacer un análisis de la cultura laboral que afecta nuestras actitudes y una de ellas es lo que conocemos como conformismo, la mala administración y si, México aspira a ser una potencia en el futbol SI REALMENTE se pusiera como centro de atención el aspecto deportivo antes que lo económico, si existiera una autonomía genuina en donde ninguna televisora interviniera, si se le diera oportunidad a los jóvenes mexicanos antes que los jugadores extranjeros y si realmente se trabajara en la psicología deportiva y con proyectos a largo plazo y no tener que ser cortados cada 4 años y de esos supuestos 4 años hacer carnavales y desfiles de técnicos constantemente que mermen el proyecto, si se le exigiera a la selección resultados en vez del “ya mérito” otra cosa seria la selección nacional.
El culpable no es Osorio por su error táctico de sacar a Márquez cuando se contuvo a la ofensiva carioca de buena manera los primeros 45 minutos, el culpable no es Mejía Barón ni Bora porque ellos no patearon los penales que fallaron sus jugadores, el culpable no es Herrera por sacar a Giovani Dos Santos en su mejor forma y echarse para atrás a defender el 1-0, el culpable no es Aguirre por colocar al Bofo Bautista ante Argentina en el 2010 y por sacar a Ramón Morales por Luis Hernández y no darle juego a Francisco Palencia ante Estados Unidos en el 2002,  el culpable no es Lavolpe por no llevar a Cuauhtémoc Blanco al Mundial, el poco tino de Guillermo Franco y ni el mismo Ricardo hubiera podido atajar ese gol de Maxi,  la culpa recae en la cultura laboral de nuestro país, en la manera de hacer las cosas, en la actitud pasiva que si bien no somos un país como Argentina que aspire realmente a ganar el Mundial sabemos que tenemos el talento suficiente para destacar y si le seguimos echando sal a la herida, nuestros rivales históricos de CONCACAF (a quienes incluso hemos llegado a considerar inferiores a nosotros y nos autodenominamos con cierta soberbia y egocentrismo como “El Gigante de CONCACAF” )Costa Rica y Estados Unidos han alcanzado en 2014 y 2002 respectivamente el paraíso que México anhela pero al cual nunca llega, la culpa recae en el aspecto mental y no es que critique el trabajo de Osorio ya que me maravillo como trabaja en dicho tópico pero que si de oportunidad de trabajar a psicólogos deportivos mexicanos que pueden aportar con su conocimiento y complementar su trabajo en vez de traer extranjeros con la modalidad del coaching, que insisto es lindo pensar en cosas chingonas pero es mucho mejor hacer cosas chingonas, México puede pero no quiere y como dice un conocido de Facebook en sus post diarios “¡así de fácil, así de sencillo!”, la culpa es que no hay continuidad en los proyectos y considero que Osorio merece una oportunidad y un respaldo para seguir como Lavolpe en su momento pero que lamentablemente las opiniones de las televisoras, de los expertos, de ciertos aficionados, directivos y jugadores contaran para la decisión final, me gustaría que Juan Carlos continuara ya que es un tipo trabajador e innovador, me parece que si se centra en un cuadro base y trabaja con un psicólogo deportivo el aspecto mental puede lograr lo que el Chucho Ramírez hizo en el 2005, considero que el proyecto debe incluir a entrenadores como Arteaga, “Potro” Gutiérrez, el mismo chucho, Luis Fernando Tena y la “Pájara” Chávez  que estén cerca de los trabajos de Osorio y su equipo de trabajo ya que son DT que se tienen que aprovechar por los triunfos históricos que dieron a nivel selección juvenil para que transmiten su experiencia a la mayor y así mismo que se construya un proyecto con selecciones inferiores de una forma cronológica y seguimiento a los mejores prospectos para hacer selecciones competitivas y con talento, son cosas que me imagino, cosas chingonas pero estaría genial que estas se hicieran realidad.  Si Low continuo en Alemania después del papelón del 2018, ¿Por qué no Osorio? Y otra cosa, Juan Carlos debe aprender que todo lo que se haga o deje de hacer siempre habrá críticas positivas y negativas y si debe aprender a lidiar con este aspecto y si él decide no continuar al frente del seleccionado nacional solo le quiero agradecer por hacernos soñar, por darnos de nuevo la confianza que teníamos perdida, por recordarnos que podemos vencer a nuestros bloqueos mentales si no lo proponemos….

miércoles, 4 de julio de 2018

Los Tontos Que Sueñan (Parte 12: Realeza Maldita)


Si existe este maravilloso deporte que ha cautivado al orbe y que se considera que es el más popular del mundo es producto de las Universidades inglesas que acuñaron el reglamento del juego y donde incluso el futbol comenzó a involucrarse en el nivel empresarial durante la revolución industrial, convirtiéndose (lamentablemente) en el negocio que conocemos actualmente.
Si hay una selección que tenga similitudes con la mexicana, que ha sufrido tanto y la gloria la han alcanzado pero es efímera, que incluso comparten de una forma macabra ciertos paralelismos es la selección de Inglaterra, que es considerada una de las mejores del mundo pero solo un pretendiente más para ganar la Copa Mundial y la Eurocopa, que dicho sea de paso, jamás ha ganado y su única, su amada, su gran gloria data del mundial de 1966 que gano con mucha polémica a Alemania por 4-2 con la controversial jugada del “gol fantasma de Wembley”, cuyo estadio lo definió Pelé como “la catedral del futbol” y los ingleses pueden presumir que su liga es la mejor del mundo y la más competitiva, con grandes jugadores ingleses y extranjeros que derrochan su talento en sus estadios y equipos respetados y admirados en todo el orbe como el Manchester United, Liverpool, Chelsea, Arsenal, Tottenham y recientemente el Manchester City, parece que estamos hablando de una nación que es una potencia en el futbol y los ingleses respiran y corren por sus venas el futbol, que ha sido parte fundamental del desarrollo de Gran Bretaña y forma parte de una cultura que se ha ido transmitiendo en todos los equipos y selecciones de Inglaterra: un futbol practico, con un parado táctico clásico (4-4-2), juego vertical y con la particularidad del juego aéreo.
En Inglaterra han surgido grandes futbolistas como Bobby Charlton, Bobby Moore, Gordon Banks, Frank Lampard, Michael Owen, Wayne Rooney, por mencionar algunos, es una selección que casi siempre está en las competencias intercontinentales y europeas pero que tiene la sensación de sufrir una maldición: una vez que Inglaterra toco la gloria en 1966, ¡ya no lo volvió hacer! Y siendo que es la nación que invento el futbol se esperaba que fuera la más ganadora tanto del mundo como de Europa, pero ve celosamente como sus rivales más grandes que son Alemania e Italia gozan de 4 estrellas bordadas en la camiseta y como Francia y España ostentan la misma cantidad de mundiales que ellos y que los han ganado en épocas recientes, y curiosamente, todos estos países, cuentan con grandes jugadores, grandes equipos y son consideradas las mejores ligas de Europa.
Inglaterra tiene todo para triunfar pero padece del “síndrome mexicano”, en los momentos cumbres, sus demonios mentales suelen apoderarse de ellos y suelen perder, causando la decepción de los fanáticos ingleses e hiriendo su orgullo, la nación creadora del futbol, también es la más vapuleada por su misma creación, como si del mismo Víctor Frankenstein se tratara, Inglaterra duerme en sus laureles que ya están secos pero esa estrella bordada en su camiseta es la que presumen constantemente, es la que les genera el honor de ser entregada por su mismísima reina Isabel II y es el triunfo que suelen disfrutar ya que fue ante un país con el que históricamente siempre han tenido rivalidad en distintas indoles: la gran Alemania.
Hoy Inglaterra, después de 2 mundiales en donde fue considerada la decepción del torneo, accedió a cuartos de final del mundial y supero la serie de los penales (que al igual que México) son malditos para ellos y les recuerda viejos traumas ya que la mejor selección inglesa de los últimos 30 años donde estaban figuras como David Beckham, Michael Owen, Wayne Rooney, Rio Ferdinand, Steven Gerrard, Gary Neville y la exitosa generación de 1992 del Manchester United como columna vertebral del equipo inglés, sucumbió ante Portugal en la serie de penales en el 2004 y 2006 cuando eran dirigidos por Sven Goran Eriksson, y desde que termino la era del sueco, han desfilado un sinfín de técnicos en el banquillo y rejuvenecido al equipo que sufrió la baja del “Golden Age” del futbol inglés, fracaso tras fracaso, ridículo tras ridículo, técnico tras técnico (desde el fugaz paso de Sam Allardayce como el innombrable  Steve McLaren), derrotada por sus históricos rivales Alemania en el 2010 e Italia en el 2012 y un equipo novel como Islandia en el 2016, último lugar de su grupo en Brasil 2014 y quedando fuera de la Euro 2008, Inglaterra ha sufrido una década de tragedias, escándalos y caídas que con una joven selección que deposita todas sus esperanzas en Harry Keane dirigidas por Gareth Southgate busca “regresar” a la gloria a Inglaterra, que ha sufrido, que ha sido humillada, que ha hecho el ridículo pero a pesar de su maldición, sigue siendo considerada uno de las mejores selecciones del mundo y que en Rusia 2018 busca llegar, por lo menos, a semifinales del certamen mundialista…¿lo lograra?

lunes, 2 de julio de 2018

Los Tontos Que Sueñan (Parte 11: Culpable o No)



El gol de Firmino al minuto 88 hizo que toda esperanza se desvaneciera, veía a mi alrededor y solo contemplaba caras tristes, sonrisas guardadas e ilusiones destrozadas, todo había terminado, México estaba eliminado del Mundial a manos del pentacampeón del mundo, Brasil.
El día había comenzado con cierto optimismo, partí al cine con la esperanza en el corazón de que las cosas esta vez iban a ser diferentes, pero lamentablemente, como si de una pesadilla se tratará y de la cual no puedo despertar, el optimismo comenzó a convertirse en desesperación y cuando Neymar anoto, era el principio de un trágico y dramático final que solo la selección mexicana puede dar, sin embargo, el corazón es terco y hacia palpitar débilmente a una ilusión que se rehusaba a morir, hacía que mi alma gritara, que me tomara mi cabello, que gritara y ordenara a los jugadores, me hizo experimentar una impotencia y una frustración cuando veía a Neymar retorciéndose en el suelo como una vil lombriz a la que le echaron sal, el show se lo llevo él y no fue nada agradable presenciarlo ya que siempre en una victoria debes transmitir tus valores e integridad y no ridiculeces y hostilidad, Neymar está a años luz de ser un buen futbolista y creo que incluso la humildad en la victoria hace grande a una persona.  Les gritaba a los jugadores “¡Vamos cabrones, el último esfuerzo!, ¡Hay que jugársela toda, hay que jugársela entera!, ¡SABEMOS QUE ES DIFICIL, PERO EL SUEÑO PUEDE SER REALIDAD!”
Sabía que era difícil vencer a Brasil, mi conocimiento y razón me decían que íbamos a ser vencidos, pero mi corazón se rehusaba a creer en ello, ¡el sueño podía ser realidad! Y a pesar de la derrota  no se le debe recriminar el esfuerzo del equipo mexicano ya que hizo todo lo posible pero sé que hay muchas ilusiones que están perdidas, estuvimos tan cerca del triunfo pero como siempre lo dejamos pasar y para personas como yo en las que el futbol corre por las venas, una derrota que conlleve a una eliminación de un mundial es difícil de olvidar, llegar a Rusia fue sencillo y lleno de mucha polémica, se debe aprender a perder porque esa es la mejor manera de crecer, tantos sueños han quedado atrás y tan solo los vi pasar, esta derrota me duele en mi alma  y lágrimas están cayendo mientras escribo estas líneas, será una larga noche sin final con un recuerdo que lamentar aunque el futbol y la vida me han enseñado que el tiempo cura las heridas aunque no se olvidaran
Hoy no quise que mi madre me viera llorar porque ella no puede comprender lo mucho que amo al fútbol, cuando los sueños están para ser rotos, mis lágrimas las guarde celosamente en el momento de la verdad de las mentiras mientras estaba en la sala de cine, estuvimos afuera de mi casa en silencio y mirando hacia el suelo, deje a mis amigos y entre a mi habitación, comencé a llorar, no podía sacarme esas escenas de mi cabeza que parecen que son de una película que nunca tiene un final feliz.
A veces el fútbol duele tanto pero también me da una gran felicidad, este es quién soy yo en realidad

Texto tomado del Psicólogo Deportivo Rodrigo Cervantes
Psicoanálisis de los octavos de final.
Mi amigo Alfredo nos confesó lo que muchos mexicanos cargamos en el inconsciente: "las derrotas de la selección mexicana en los octavos de final han marcado mi vida; si me preguntan qué sucedió en los años del 94, 98, 2002, el registro más vívido que tengo son las eliminaciones en los mundiales; me cuesta trabajo recordar otros sucesos importantes en esos años".
Los malditos penales ante Bulgaria, el "jugamos como nunca y perdimos como siempre" contra Alemania, el parricidio de los Estados Unidos, el golazo de Maxi Rodríguez, la Argentina de Maradona, el No era penal. Cómo duele en la memoria, todavía.
Sigmund Freud afirmó que las experiencias emocionales condicionan el desarrollo y la maduración de la personalidad. Es decir, los traumas o placeres imprimen una huella en la memoria que influyen y condicionan la conducta presente y futura. Lo curioso está en que esta huella mnémica produce constantemente un impulso psíquico que busca revestir la imagen de la percepción real, para revivir la de la huella. En otras palabras, buscamos repetir los traumas.
Si hacemos un psicoanálisis de Brasil 2014 en los octavos de final, podemos afirmar con facilidad que todos los mexicanos ante Holanda buscamos inconscientemente revivir la derrota, aún cuando el triunfo lo teníamos en la bolsa. Autosabotaje.
El partido del lunes ante Brasil nos pone nuevamente en la encrucijada de seguir la huella o trascenderla de una vez por todas y para siempre. Es la terapia de cada 4 años, en donde mi amigo Alfredo y todos nosotros tenemos la oportunidad de sanar y reprogramarnos.
No obstante, será una experiencia traumatica en sí misma, reviviremos viejos goles, recordaremos los nombres de nuestros verdugos, y, si Dios no sale a la cancha con nosotros, registraremos otros tantos. Pero, como diría Jaime Sabines, Dios siempre está de buen humor, y el lunes 2 de julio cosas extraordinarias tendrá para los mexicanos